VIVIENDO EN ARMONIA CON NUESTROS SENTIDOS

“Nada hay en la mente que no haya
estado antes en los sentidos"
Aristóteles

Alguna vez te has preguntado:
¿Por qué a mi hijo se le dificulta aprender?, ¿Por qué tantos reportes de la escuela por su mal comportamiento? ¿Por qué no tolera ciertos sabores o ruidos?, ¿Por qué suele tropezarse constantemente o mostrar torpeza en sus movimientos?, ¿Por qué presenta frecuentes reacciones de sobresalto? Pero sobre todo ¿Cómo puedo ayudarlo?

Dichas conductas pudieran deberse a una deficiente organización de la información que llega al cerebro a través de los sentidos conocida como “Trastorno del Procesamiento Sensorial”, que si bien tiene su origen a nivel neural es expresado a través de patrones de conductas que pueden corregirse mediante la aplicación de terapias enfocadas en la integración sensorial.

Todos estamos familiarizados en el conocimiento de los cinco sentidos: la vista, oído, olfato, gusto y tacto, pero también muchos desconocemos la existencia del sentido propioceptivo –relacionado con el conocimiento inconsciente de la posición de nuestro cuerpo a través de los músculos y las articulaciones así como de la fuerza que debemos emplear para diferentes tareas. Es el que nos permite caminar en la oscuridad sin tropezarnos, andar en bicicleta o lanzar una pelota a un punto específico, por mencionar algunos ejemplos– y el sentido vestibular –asociado con las sensaciones del movimiento y el equilibrio, el cual nos informa de las posturas que debemos adoptar en cada momento para luchar contra la fuerza de la gravedad y no caer, permitiéndonos equilibrarnos sobre un pie o bien saltar sin caernos, el columpiarnos o girar así también nos indica si los objetos que nos rodean están quietos o en movimiento.

Pero ¿Dónde radica la importancia de cada uno de ellos? Los sentidos son los medios que nos permiten descubrir y experimentar el mundo que nos rodea, constituyendo la primera vía de aprendizaje al percibir la información proveniente del exterior e interior de nuestro cuerpo y enviarla al cerebro para ser organizada, integrada e interpretada. Proceso que es regulado por el Sistema Nervioso Central y al que Jean Ayres define como “Integración Sensorial” en su libro “La Integración Sensorial y el Niño”, explicando que las sensaciones dicen al cerebro lo que el cuerpo está haciendo y el cerebro le dice al cuerpo qué hacer.

De existir alguna alteración en la integración Sensorial, la persona puede verse afectada en su aprendizaje, relaciones sociales, desempeño en deportes y actividades cotidianas debido a que la mayoría de sus conductas o respuestas no van a ser las esperadas, por lo que frecuentemente estas personas poseen una imagen pobre de sí misma y baja autoestima.

La desorganización en el procesamiento de información sensorial es característica en diagnósticos de Autismo, Asperger, síndrome de Down, etc. Sin embargo también lo pueden manifestar personas sin algún problema aparente pero que cotidianamente son etiquetadas como niños “problema”, “chiflados”, “apáticos”, “indiferentes”, “distraídos”, “flojos”, “tímidos” o diagnosticados con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

Resulta complicada la detección de dicha disfunción debido a que no hay procedimiento médico que permita evaluar dicho desorden cerebral mientras éste ocurre, sin embargo se puede apreciar a través de sus diferentes manifestaciones que se pueden categorizar en conductas que expresan hipersensibilidad e hiposensibilidad según sea el caso.

Conductas relacionadas al Trastorno del Procesamiento de Información Sensorial:

Tendencia para reaccionar negativamente o con alarma, a sensaciones que generalmente son consideradas inofensivas; mientras que otros no se dan cuenta de contusiones, cortadas o son incapaces de percibir cambios en la temperatura.

  • Malestar con ciertos sonidos o ignorar sonidos muy fuertes o súbitos.
  • Sensibilidad a la luz o bien necesitar de luces muy intensas para captar su atención.
  • Malestar con ciertas texturas mientras que otros necesitan una mayor sensación táctil buscando tocar cualquier clase de objeto.
  • Miedo irracional a las alturas y al movimiento o bien la búsqueda constante de movimiento y/o giros.
  • Frecuentes reacciones de sobresalto o parece ignorar lo que sucede alrededor.
  • Aversión a ciertos olores y sabores o deseos constantes de un mismo olor o alimento.
  • Ansiedad y poca tolerancia a la frustración o apatía y aburrimiento.
  • Respuestas retrasadas o impulsivas.
Recomendaciones:
  • Acudir con un psicólogo especializado en integración sensorial para realizar la valoración correspondiente y determinar el tratamiento adecuado y oportuno.
  • Buscar orientación familiar para evitar que estas conductas afecten las relaciones en la familia y con los amigos.
  • Eliminar o evitar las etiquetas que le fueron impuestas (berrinchudo, tímido, etc.). Comprendiendo que las conductas defensivas se deben a que el niño, adolescente o adulto percibe al mundo como proveedor de estímulos molestos e incómodos o bien entender que la conducta de aparente indiferencia puede deberse a la evitación de ciertos estímulos displacenteros.
  • Fortalecer la autoconfianza del individuo, al reconocerle sus logros por pequeños que parezcan y animarlo a continuar con las tareas a las que tiende a renunciar fácilmente.
  • Considere que los errores son valiosos cuando los empleamos como fuente de aprendizaje.
Jean Ayres hace hincapié en que una disfunción integrativa sensorial es un funcionamiento defectuoso y no una ausencia de funcionamiento. Por tal motivo, el objetivo de la terapia es reorganizar el sistema de procesamiento sensorial que le permita al individuo conducirse de forma autónoma y competente ante las exigencias ambientales.

“Convivir en armonía es algo que todo individuo merece….. Siempre hay caminos para alcanzarla”

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ayres, A. J. (1998). LA INTEGRACIÓN SENSORIAL Y EL NIÑO. 1ª. Edición. Ed. Trillas: México.

Yack, E., Aquilla, P. y Sutton, S. (2006). BUILDING BRIDGES. THROUGH SENSORY INTEGRATION: Therapy for Children with Autism and Other Pervasive Developmental Disorders. 2a. Edición. Ed. Sensory Resources: United States.

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http://www.agapasm.com.br/Artigos/Integracion%20sensorial.pdf

Kranowitz, C. S. (2005). The Out-of-Sync Child: Recognizing and Coping with Sensory Processing Disorder. Ed. Perigee: United States.

Melillo, R. (2009). Disconnected Kids. 1ª. Edición. Ed. Perigee: United States.

Mille, L. J. (2006). SENSATIONAL KIDS: Hope and Help for Children with Sensory Processing Disorder. Ed. Putnam: United States.

Uriarte, R. INTEGRACIÓN SENSORIAL. CÓMO CONVIVIR CON LA DISTORSIÓN. Publicado en la Revista Chavalucos: 15 de Abril de 2007. http://estimulacionydesarrollo.blogspot.com/2007/04/integracin-sensorial-cmo-convivir-con.html